El centro es bastante compacto. Por poner un ejemplo con puntos de interés, desde la Piazza di Spagna (norte) hasta el Coliseo (sur) hay 30 minutos andando; y desde la Ciudad del Vaticano (oeste) hasta la Fontana di Trevi (este), 38 minutos andando.
Es un encanto descubrir las ciudades caminando, pero Roma, además, se presta a ello: por el camino nunca faltan monumentos, callejuelas medio escondidas, restos históricos, fuentes… Un poco agotador, pero si la recompensa es descubrir Roma… ¡merece la pena!
O también puedes tomar:
- Metro (1,50 €; 05.30-23.30 a diario; hasta 1:30 los fines de semana). Solo hay tres líneas, A, B y C, y las paradas cubren poca parte de la ciudad. Puedes comprar el billete en la estación.Mapa. Lo mismo con el tranvía, aunque las líneas se alejan del centro de Roma, así que es poco probable que lo utilices.
- Autobús (1,50 €; funcionan las 24 h, con líneas diurnas y nocturnas). Los autobuses urbanos cubren toda la ciudad, aunque con el caos del tráfico romano pueden convertirse en una aventura. En las paradas encontrarás la información necesaria, y también puedes calcular tu trayecto desde la web oficial. Tienes que comprar el billete con antelación y validarlo a bordo.
Consejos: Los billetes sencillos de transporte (biglietto integrato a tempo) se venden en estancos, quioscos y otros comercios; los encontrarás fácilmente por toda la ciudad y están marcados con una gran T en el exterior. Desde que validas el billete, sirve durante 100 minutos para viajes ilimitados en autobús o tranvía, aunque solo para un viaje de metro. En el autobús, entra por la puerta trasera y bájate por la puerta del medio; es una de esas convenciones que se cumplen a rajatabla. Hay billetes ilimitados de uno o más días, aunque no suelen salir a cuenta.
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